En este artículo trataré de aclarar las dudas con respecto a la guerra entre los seguidores del RAW contra los del JPG. Existen las dos posturas y curiosamente no podemos decir cuál tiene la razón. Y no hablamos de principiantes, los encumbrados también toman su postura.
En el pasado seminario de Monterrey, tuvimos a dos conferencistas con este tipo de contrastes: Jorge Velazco, ganador absoluto de la convención de Tabasco, y el maestro Trujillo también con una trayectoria y trabajos impresionantes. El primero más artista que investigador, usa el jpg y el maestro Trujillo con un conocimiento muy profundo de la tecnología computacional, es fiero defensor del RAW, incluso le cae mal la gente que se va directo por el JPG.
Los dos son excelentes y los dos tienen su razón, si uno ve los trabajos de ambos no podemos decir porqué uno tiene la razón sobre otro. Como veremos, el Raw y el Jpg son dos caminos para llegar a lo mismo: una imagen. Es cuestión de conocer sus diferencias y posibilidades para, con información, tomar nuestra propia decisión.
Se dice que el RAW es el negativo digital. Esto tiene sentido cuando pensamos que para obtener una imagen tangible, antes debíamos imprimir el negativo y al haciendo los ajustes necearios obtener la foto. Ahora tenemos el RAW y hacemos lo mismo, le damos más o menos exposición, le modificamos el color etc. y obtenemos nuestra imagen. Ahora sólo nos queda pasarlo al formato de nuestra elección que puedes ser TIFF o incluso JPG.
Empecemos por las tediosas definiciones:
Debido a muchas preguntas que me han hecho, primero les voy a decir lo que no es…sé normalmente nos da flojera leer manuales, libros e incluso el internet, y basamos nuestros conocimientos en “lo que nos dicen” o los que cremos… El Raw no es un formato gráfico, no existe un solo Raw, cada cámara tiene el suyo, no se puede imprimir ni retocar un archivo Raw.
Es necesario convertirlo a un formato realmente gráfico como puede ser Tiff o jpg para poder usarlo. Por último no se puede volver a hacer Raw un archivo que lo tenemos en jpg.
No se preocupen, vamos a tratar estos puntos paso a paso…
Imaginen el sensor de la cámara como una parrilla en la que cada cuadrito tiene tres sensores, uno rojo uno verde y uno azul. Por cuestión del la mezcla de colores en la luz, cada sensor capta una cantidad determinada de luz. Hasta ahi es un sensor, un vil circuito electrónico.
Todos aquellos conceptos como contraste, luminosidad etc. son conceptos que la tecnología digital aplica (controlada o no por nosotros) a esos datos que captó el sensor. Nótese que dije datos, noimagen. Es como la imagen latente en una película, no existe hasta que la revelemos.
Acá es igual, mientras no convirtamos esos datos mediante algoritmos, criterios, desiciones etc. no hay una imagen. Cuando nos vamos directo a jpg la cámara hace estas conversiones en base a criterios establecidos en la computadora que tiene integrada.
El jpg es un formato de imagen que tiene la cualidad de ser un formato “de compresión”. Para generar un jpg, la cámara o el programa que estemos usando para manipular la imagen (por ejemplo, Photshop) analiza la imagen pixel por pixel, nivela las variaciones de color mínimas y aquellas que ninguna impresora o pantalla puede desplegar y asi, al tener menos cantidad de pixels diferentes, el archivo resultante es muy pequeño y sin una péridad notoria de calidad.
Cuando tenemos configurada nuestra cámara para grabar directamente a jpg, después de captar la luz, ésta aplica una serie de cirterios para hacer la imagen resultante lo más atractiva posible. La cámara decide la temperatura de color (si lo dejamos en automático), luminosidad, contraste etc. en base a estándares y criterios registrados en los chips de la cámara.
El proceso es simple, uno dispara, espera un breve instante y la imagen queda grabada en la tarjeta de la cámara lista para ser transferida a la computadora para su uso posterior
La persona presiona el disparador ubicando diafragma y velocidad o en alguno de los automáticos disponibles. La cámara, toma los datos generados por cada uno de los pixels disponibles en el sensor y los graba tal cual en la tarjeta.
Esto provoca un archivo mucho más grande que el jpg, por dos razones principales: primero no aplica ninguna compresión y aparte son todos los datos sin ninguna manipulación.
Una vez transferido el archivo (insisto, todavía no es una imagen), el usuario utiliza el photoshop con el plug-in para leer RAW, el convertidor que viene con la cámara, o de plano uno universal de su elección.
Aqui tiene la oportunidad con la retroalimentación en pantalla cortesía del “preview” de ir ajustando casi casi a prueba y error, todos los parámetros controlables. Entre los más importantes están:
Balance de blancos. El sensor de la cámara no sabe de grados kelvin ni nada de eso. Sólo capta la luz y ya. Nosotros le decimos al programa si la luz que recibió es blanca, o le correjimos hasta que quede como queremos.
Rotación: útil si nos quedó chueco el tripié.
Brillantez, contraste: por aquello de que nos gusten con más o menos de uno de estos valores.
Valor de Exposición: dependiendo de la cámara podemos de disponer de una variación de dos y en algunos casos hasta cuatro pasos de diafragma sin que la calidad se vea comprometida.
Una vez, hechos todos los cambios y ajustes, decidimos que es momento de convertirlo a un formato gráfico y lo pasamos a tiff, psd (formato nativo de Phoshop) e incluso el mismo jpg.
Tomemos el Raw como un recurso para no tomar decisiones con la cámara en la mano y la situación o el cliente, enfrente. Ya más fría la cabeza podremos tomar mejores decisiones. Una vez definida cómo va a quedar nuestra imagen, debemos pasarlo a un formato sin compresión como tiff o psd o en caso de que no nos afecte, directamente en jpg.
Todavía no hay un formato RAW universal, las distintas compañías involucradas quieren que su Raw se vuelva el estándar universal. Por ejemplo Canon usa el CRW y más recientemente el CR2 mientras que Nikon impulsa su NEF. La tecnología avanza constantemente y nadie nos asegura que en un futuro podremos abrir ese formato Raw.
Además, si en el futuro la compañía desaparece, ya no habrá soporte de ese formato y no podremos “revelar” las imagenes para convertirlas en otro formato. Si lo tenemos en tiff o psd, es seguro que en un futuro lo podamos abrir en un futuro.
Como pueden ver tanto el Raw como el “directo a jpg” son dos caminos para llegar a un mismo punto. Uno es más largo que el otro pero al final todo termina en tiff o jpg y de ahí a papel. En lo personal trato de usar Raw cuando un postproceso cuidadoso me traerá buenos beneficios.
En internet están disponibles infinidad de artículos -incluso en español- donde podemos conocer sobre esto y aclarar nuestras dudas. Y para los que nos da pena preguntar en alguna conferencia o clase, en los fotos hay pregunta que gente como nosotros hace y que amablemente son respondidas por aquellos conocedores gustosos de compartir.
Luis Roberto De León has been dedicated to industrial and commercial photography for more than 30 years, staying at the forefront with digital technologies.
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